Las redes sociales ofrecen muchas ventajas para la comunicación entre los usuarios, sin embargo no están exentos de problemas. Uno de los más recientemente identificados es el que se ha dado a conocer como “dismorfia de snapchat” y no porque afecte únicamente a los usuarios de esta red social en concreto, sino porque tiene que ver con los selfies, tan populares en esta app, pero también presentes en otras.
Qué es la dismorfia de Snapchat
La dismorfia de Snapchat es un problema psicológico derivado del uso de selfies. Los usuarios padecen una percepción de la realidad con esta técnica fotográfica, sobre todo al utilizar filtros con los que mejorar su apariencia, hasta el punto de considerar que es el aspecto que deberían mostrar en la vida real.
Este problema psicológico tiene consecuencias importantes en los usuarios, siendo las más importantes las relativas al interés del cambio físico, para lo que se acude a la cirugía estética. Algunas clínicas han informado de que sus clientes argumentan cada vez con mayor frecuencia que quieren la apariencia que obtienen con los filtros de la app.
El estudio lo ha desarrollado un equipo de investigación del Boston Medical Center ubicado en Massachusetts (Estados Unidos). Según estos investigadores, la dismorfia de Snapchat está directamente relacionada con el trastorno dismórfico corporal.
Cómo afrontar la dismorfia de Snapchat
Por mucho que nos guste nuestra imagen con los filtros de los selfies y, sobre todo, de las redes sociales, no debemos considerar que represente la imagen real que debemos reflejar.
Los investigadores, de hecho, consideran que utilizar la cirugía estética para asemejarnos más a esta imagen no soluciona nada, es más, agrava el problema que en realidad tiene su base en un comportamiento obsesivo-compulsivo.
Por ese motivo, aunque es un problema cada vez más vinculado a los adolescentes, en realidad cualquier usuario puede padecerlo, sobre todo si tiene problemas de este tipo de comportamiento ya identificados con anterioridad.
Por descontado, también el menor uso de los selfies podría ser de gran ayuda, aunque difícil de poner en práctica. El estudio refleja que los usuarios que padecen dismorfia de Snapchat desarrollan una necesidad de aprobación estética por parte de los demás.
De esta forma, se incrementa el uso de selfies y su publicación en redes sociales, así como también la necesidad de que el resto de usuarios interactúe con estas fotografías. No obstante, es un arma de doble filo. La baja interacción motiva a publicar otros selfies, mientras que la alta interacción, consigue el mismo efecto.