Una de las muchas claves del éxito de Facebook es su interfaz intuitiva, ya que prácticamente desde que accedemos por primera vez a nuestro perfil en la red nos familiarizamos rápidamente con sus diferentes controles. ¿Quién no ha pulsado el botón ‘Me gusta’ alguna vez?
No obstante, una gran cantidad de usuarios han manifestado, desde la creación de esta red social, su deseo de que exista, de forma análoga, una opción ‘No me gusta’ que, hasta la fecha, no ha sido satisfecha por los desarrolladores de Facebook. Pero, ¿por qué hasta ahora no ha habido respuesta por parte de la famosa red social?, ¿Acaso no se les ha ocurrido a sus directivos?
Mark Zuckerberg, padre de la famosa red social, señaló el pasado 15 de octubre en relación a este tema que “no queremos convertir Facebook en un foro en el que la gente pueda votar a favor o en contra de las actualizaciones de los demás. Esto no ayudaría a construir la clase de comunidad que queremos crear. No quieres pasar por el proceso de compartir un momento que ha sido importante para ti en tu día y luego ver cómo alguien le da votos negativos”.
Pero también existen otras razones de mucho peso para no haber dado el paso. La realidad es que un botón de ‘No me gusta’ podría afectar de forma negativa a su principal fuente de ingresos, la utilización de la red social Facebook por infinidad de empresas y marcas con fines corporativos y publicitarios, que no verían con buenos ojos la posibilidad de que sus campañas se viesen ‘troleadas’ por los usuarios o, simplemente, con fines malintencionados.
No obstante, lo que si se contempla próximamente desde Facebook, tal y como reconoció el propio Mark Zuckerberg, es la creación de un botón que exprese un sentimiento de solidaridad ante aquellas noticias que difunden acontecimientos que no nos gustan, como, por ejemplo, en el caso de un desastre natural, la pérdida de empleo de un familiar o el fallecimiento de una persona querida, en las que el botón de ‘Me gusta’ resulta incompleto.
De esta manera, Facebook podría encontrar una solución salomónica a las repetidas demandas de sus usuarios para completar las opciones tradicionales de interacción, sin que ello implique un riesgo de rechazo para los usuarios o cause un perjuicio a las empresas que contratan publicidad en la red social.