La red social más de moda del momento, se suma al comercio electrónico. Desde hace unos pocos días, Instagram permite la opción de comprar online a sus usuarios.
Ir de compras por Instagram
Instagram es una de las redes sociales en las que la imagen es lo más importante. Esto no ha pasado desapercibido para las empresas, que han visto cómo sus productos (con filtros o sin ellos) quedaban muy bien en las publicaciones que dinamizaban.
Solo había un inconveniente y es que el salto desde la publicación hasta la compra de cada producto era demasiado grande. La red social tenía al principio problemas hasta para poner enlaces en las publicaciones, una función todavía solo permitida para publicidad y cuentas de gran nivel.
Para acortar drásticamente este proceso, hace un año Instagram se decantaba por facilitar la compra online.
En las publicaciones configuradas a tal efecto, teníamos un botón de compra online a un solo clic. Este botón en realidad era un enlace que nos dirigía directamente a la compra del producto en la tienda oficial.
Seguía sin ser un proceso inmediato, por lo que la nueva función sí que se corresponde con una verdadera tienda online.
Cuando ahora seleccionamos comprar un producto, llegamos a una pantalla inicial de customización del mismo en base a sus variables (color, talla) y, posteriormente, a una segunda pantalla de checkout con datos de usuario, de envío y método de pago.
Limitaciones de la compra online desde Instagram
De momento hay dos grandes limitaciones para el comercio electrónico en esta red social. La primera, la más importante de todas, es que solo está accesible para usuarios en Estados Unidos.
Es previsible su próxima expansión a todo el mundo, pero no estamos hablando de una nueva función que se aplica mediante una actualización. Es un gran cambio que afecta a varias partes, desde tiendas hasta empresas de envío, por lo que su adaptación va a ser algo lenta.
Por otra parte, la compra online solo está de momento accesible a unas 20 tiendas de gran reconocimiento como Zara o Adidas, entre otras. Aquí sí que es más probable que las empresas se vuelquen de una manera más rápida, de nuevo siempre que tengan comercialización en Estados Unidos.
Aparte de la limitación geográfica, hay que tener en cuenta que Instagram ofrece un gran potencial como plataforma de comercio electrónico. No obstante, las empresas tienen que pagar por la transacción en ella, por lo que o bien los productos se encarecerán o los márgenes de rentabilidad van a bajar.