Probablemente todos vosotros conozcáis a Elon Musk, el máximo dirigente de la compañía Tesla y también uno de los más importantes influencers de las redes sociales en la actualidad, sobre todo en Twitter.
Hace unos días, en su cuenta de esta red social, aparecieron unas publicaciones un tanto raras, que trataban sobre manga y preguntaban a los seguidores (más de 23 millones en la actualidad) sobre la posible compra de bitcoins.
Musk no es precisamente un usuario proclive a la publicación de contenidos lógicos, pero estos ya superaban todos los mensajes anteriores e incluso desde la red social así lo consideraron.
La cuenta de Musk, bloqueada
En Twitter no comprendieron estos mensajes e incluso llegaron a considerar que alguien había hackeado la cuenta de Elon Musk. Ante este tipo de situaciones, la red social actúa de forma inmediata, por lo que procedió a bloquear su cuenta.
Se desconoce el protocolo que se realizó a continuación, pero lo cierto es que Elon Musk consiguió recuperar su cuenta e incluso bromeó sobre lo sucedido. “Twitter pensó que me habían hackeado y bloquearon mi cuenta, jaja”.
Las publicaciones de Elon Musk, en entredicho
Hay varios motivos por los que es lógica la reacción de Twitter y podría continuar así durante los próximos meses.
El primero de ellos lo ha provocado él mismo. Musk publicó varios mensajes informando de una posible venta de la compañía, que al final no solo no se ha producido, sino que incluso la Comisión de Bolsa y Valores en Estados Unidos le ha penalizado económicamente y ha exigido a Tesla un control de las publicaciones que realiza.
Ante este hecho, cuando Twitter detectó publicaciones de manga y de bitcoins, la alarma les hizo reaccionar de inmediato.
Otro motivo de estas reacciones desde la red social se encuentra directamente en la nueva política de la compañía que está luchando por las cuentas falsas y, por extensión, las hackeadas. Con 23,1 millones de seguidores en la red social, cualquier publicación de Elon Musk puede tener consecuencias importantes, a nivel tanto social como económico, entre otros.
Por otra parte, Musk no demuestra haber cambiado. Él puede ironizar o reírse de lo sucedido, pero lo cierto es que tras una multa de una administración pública y el casi derrumbe de la compañía por estas publicaciones, no parece haber modificado su conducta lo más mínimo. La acción de Twitter parece lógica, la de Musk no tanto.